Archivo de May, 2012

Foto: concentración de miembros de Aprodeme frente a la sede de la DGAIA, el pasado 13 de abril en Barcelona. Cortesía de Aprodeme.

No sabría decir cuándo empezó el cabreo. Pero dicen los entendidos que todo empezó mucho antes de que existiera el actual sistema de protección de menores en España. En el siglo pasado, cuando las hermanas de tal o cual orden religiosa, le ponían el ojo a una madre soltera o un padre pobre. Así hemos llegado hasta el año 2012, en el que un funcionario (substituto del personal religioso) puede retirar un menor a su familia, por motivos como los ejemplos mencionados. Y todo esto sin la intervención de un juez. Con la actual Ley del Menor, y también con la próxima que está pendiente de reglamento, la retirada de la tutela de un menor se puede hacer sin una orden judicial. Sin embargo, para recuperarla, sí es necesario.

El cabreo puede durar muchos años reprimido. Así pasó con los niños robados del franquismo, esos que las monjas cambiaban de familia como jugando a ser Dios, que cuando se hicieron adultos formaron asociaciones y buscaron a sus padres biológicos debajo de las piedras. También con los padres de menores tutelados por la Administración, que después de seguir a rajatabla planes de mejora nunca mejorables , se cansaron de esperar por años para volver a compartir el mismo techo con sus hijos.

El segundo caso, el de los padres de hijos retirados, lo conocí por una serie de artículos publicados en el diario Público en 2009. Posteriormente publiqué el libro Molly, historia sobre los centros de menores en Cataluña, junto al periodista Jesús Martínez, pero lo más interesante ocurrió después: el cabreo salió del armario.

Decenas de esos padres en toda España se organizaron en la Asociación para la Defensa del Menor (Aprodeme), que hoy en día llevan meses manifestándose cada viernes frente a la sede de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat de Cataluña, en el número 52 de la Avenida Paralelo de Barcelona. Y el pasado día 23 trasladaron sus habituales pancartas hasta el mismísimo Parlament de Catalunya. Digo yo, que prefiero decirlo con palabras sencillas para que me entiendan: alguna causa justa deben tener para que tantas personas se reúnan en la calle, sabiendo que les puede perjudicar en los informes que de ellos elaboran los funcionarios de la DGAIA.

Todo esto ya ha aparecido en los medios. Pero no siempre las noticias tienen un efecto inmediato para despertar la reflexión colectiva y la transformación de las instituciones.

Conozco a algunas de las personas que habitualmente protestan los viernes. Algunas son madres que han tenido problemas económicos, los cuales han resuelto; otros, padres con problemas de convivencia, que una vez separados lo han superado; otros, padres de acogida, indignados de cómo ver que los niños que acogen, pasan sus vidas de familia en familia, como si se tratara de la colonia de verano de turno… y muchos otros tipos de casos. Todos ellos con argumentos bastante razonables para que sus casos sean revisados.

También puede decir que seguirán protestando, pase lo que pase, hasta conseguir que se revisen sus casos y se modifiquen ciertos aspectos ambiguos de la Ley del Menor. No es porque están desempleados y tienen tiempo libre para el cabreo. No es porque un partido político les paga con favores para fastidiar al opositor. No es porque les acaban de retirar a sus hijos y están resentidos, pues ya han soportado años de recursos en los tribunales, luego de la obediencia inútil a los modelos de conducta impuestos por los funcionarios de los servicios sociales. Es porque son sus hijos y los seguirán esperando en casa aunque pasen mil años.

También puedo decir a los responsables políticos de todas las comunidades autónomas, que este cabreo viene de tiempo atrás y está repartido en toda la geografía española. Si no me creen, echen un vistazo a las siguientes webs, donde podrán informarse.

· Centros de menores: anónimo y editado con regularidad, con noticias, enlaces y documentos.

· Es mi hija: editado por Francisco Cárdenas, vicepresidente de Aprodeme y representante de la entidad en Cataluña. Tiene ya 130.000 visitas y cuenta con vasta documentación sobre su caso particular y el de otras personas.

· Aprodeme: sitio web de la Asociación para la Defensa del Menor, con delegados en toda España y más de 500 miembros.

· Familia Desprotegida: blog editado por Adrián Dumitru Bangala, de nacionalidad rumana, 24 años de edad, con trabajo,  empadronamiento,  residencia en Murcia y arraigo en este país, donde cuenta su caso.

· Drari: blog del Col.lectiu d’Investigació Acció Participativa pels Drets de l’Infant.

· Colectivo No a O’Belen: blog de denuncia y crítica social, contra la Fundación Internacional O´Belen y demás empresas beneficiarias de la privatización de los servicios sociales.

· Menores solos: blog sobre los derechos del niño y los menores extranjeros no acompañados.

· Asociación de Familias Acogedoras de Galicia: como su nombre lo indica, editado con regularidad por la entidad gallega.