Cuando noventa páginas atentan contra el orden social

Una buena obra literaria debería ofrecer una nueva visión de lo que nos rodea.

Desgraciadamente hay muchas que hablan de lo mismo, que repiten argumentos infelizmente, sin pena ni gloria para los seres humanos que inspiran aquellos redundantes relatos. Me refiero a ciertas novelas de fantasía épica, no pocos libros de autoayuda, coaching personal y otras modas. Para colmo, existen lugares en el mundo donde se producen pocas buenas obras literarias. Ecuador es uno de ellos.

Carne Tierna y otros platos, de Diana Zavala Reyes (Jipijapa, 1983), es diferente a todo lo que he leído de Ecuador. La periodista manabita publicó con la Editorial Mar Abierto, en junio de 2011, un libro de diez relatos. ¿Eróticos? Es posible. En cinco de ellos se cuentan los detalles de unos frustrantes encuentros sexuales por cuenta de la incapacidad de sus personajes masculinos. ¿Algo más revolucionario para una cultura machista, cuyo pilar son las presuntas hazañas fálicas de los ecuatorianos? Este es un ataque frontal contra una sociedad que todavía considera la violencia machista como un asunto privado. El 80% de las ecuatorianas todavía sufre violencia machista.

Afortunadamente la poesía puede con todo. Zavala Reyes hace que las descripciones más avergonzantes sean elegantes y divertidas. Ella es fina para establecer un vínculo íntimo entre el deseo sexual y una cocina campesina, en crear la tensión adecuada entre una joven y un petulante cincuentón, o dar un profundo valor a la obscenidad de una giganta y su canturreo de infames canciones que atentan contra la dignidad de la mujer.

«Qué suerte cinco años de cama con un zángano para caer con éste que encima no se protege falta que me embarace tener un hijo que en su origen no pertenezca ni al reino del amor ni al reino del placer suena bien dónde habré escuchado esa frase (…)»

Carne Tierna y otros platos es un libro que incomoda al lector de prejuicios, amante de lo políticamente correcto, poco dado a los cambios sociales. Y también a los falsos Adonis, poco interesados en explorar con paciencia los misterios de la femineidad.


  1. Gusan

    Muy buen análisis de la obra, sin aspaviento alguno, pones el dedo en la llaga al ecuatoriano promedio. Excelente

  2. Gracias, abrazos desde Manta – Ecuador. Comparto uno de mis cuentos publicados en el blog oficial del libro http://carnetiernayotrosplatos.blogspot.com/2012/05/manos-de-licenciada.html




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